De todas las fuentes de energía cinco se emplean de forma masiva y por este orden en el mundo actual: petróleo, carbón, gas natural, nuclear de fisión y energía hidráulica. Esto es algo importante a tener en cuenta por que, por el momento, son las únicas que pueden responder en cantidad, calidad y precio a las necesidades energéticas de la humanidad.
Sin embargo, existen otras también empleadas bajo circunstancias muy diferentes. Así, en el llamado Tercer Mundo y para cubrir las necesidades domésticas se emplean diversos tipos de biomasa (desde leña hasta residuos agrícolas). En algunos países se utilizan la energía solar y eólica para obtener pequeñas cantidades de electricidad; en Francia y Canadá existen sendas centrales maremotrices y en Islandia existe un aprovechamiento relativamente importante de los recursos geotérmicos. Todas estas energías primarias tienen hoy una relevancia muy escasa, en bastantes países puramente anecdótica.