Resumir el problema energético es bastante difícil, pero si nos fijamos en el origen del problema podemos seguir las pautas y entenderlo en toda su globalidad.
Los orígenes del problema son dos:
El planeta Tierra es finito y por lo tanto sus recursos son finitos.
Vivimos en una sociedad de consumo, que obliga a ser cada vez más consumistas para mantener la propia sociedad.
Estas son las causas, del problema medioambiental, han pasado de largo las cumbres de Río y de EEUU y todavía no hay soluciones definitivas, la reducción de la contaminación que está calentando el planeta no cesa, es más, se siguen aumentando esas emisiones de humos contaminantes, los árboles se siguen talando sin discriminación, cada año se talan árboles equivalente a una superficie igual a la de España y los animales y plantas se extinguen a la velocidad de 5000 especies por año, 10000 veces superior a la natural.
Los problemas que hay en la actualidad son derivados de estas dos causas, de los cuales se derivan otras.
Que el planeta Tierra sea finito, no es un problema, es una realidad; esto lo podemos comparar con una caja llena de petróleo, carbón, árboles, gas, minerales diversos, en definitiva, recursos que el hombre necesita para obtener energía y construir su mundo.
Si vamos utilizando el contenido de esta «caja», llegará un momento que nos la encontraremos vacía, lo cual es el problema. El modo de remediarlo sería no utilizar más el contenido de ella, lo cual es difícil, por no decir imposible, la única solución es utilizar el contenido de esta «caja» con inteligencia, es decir sustituyendo el uso de esos recursos que se agotan por otros inagotables (energía renovable), reutilizar los recursos finitos todas las veces que sea necesario, para minimizar el vaciado de nuestra «caja» (reciclado) y utilizar nuestra tecnología para crear productos eficientes, desde el punto de vista energético (electrodomésticos, casas, sistemas de calefacción, iluminación, etc.) y fuentes de energía limpias (fusión).
El problema de la sociedad de consumo es otro muy diferente y de no tan fácil solución, desde que se conoce la existencia del hombre, este utiliza los recursos de su entorno para vivir de una forma más cómoda y confortable, y contra más consume de estos recursos mejor es su confortabilidad, de hecho los habitantes de los países industrializados, consumen 10 veces más energía que un habitante de un país en proceso de desarrollo.
La sociedad de consumo es un círculo vicioso, en la cual, cuando se empieza ya no se puede parar, el hecho de consumir es la forma para que la sociedad funcione y no desaparezca, pero con un agravante, para que siga funcionando hay que consumir más que el día anterior. Una empresa debe de producir más cantidad de lo mismo para obtener mayor beneficio, lo cual crea más puestos de trabajo, mejores sueldos, los cuales los utilizamos para obtener más servicios que nos hagan más fáciles y confortables nuestras vidas, una de las cosas que causan terror en una comunidad es el cierre de la empresa en la cual trabajamos, esto significa que no tenemos ingresos y que no podremos comprar más cosas, no podremos pagar las facturas del gas para calentar nuestra casa, ni el recibo de la luz eléctrica. Por lo tanto podemos decir que nuestros recursos naturales es el capital natural, base de nuestra sociedad de consumo.
El hecho de la visible mejora en la calidad de vida en los países industrializados, mayores consumistas, hace que otros países quieran conseguir ese objetivo, ser un país industrializado, lo cual tienen el mismo derecho que un país que ya lo es, con el agravante de que no tienen recursos económicos para poder llegar a serlo con el mínimo impacto en el capital natural.
Otro de los agravantes actuales es la superpoblación, el incremento de individuos consigue acelerar el proceso del detrimento del capital natural, base del sistema económico y base de vida. En un principio el planeta Tierra podía abastecer a unos pocos, era fácilmente soportable, con el tiempo el aumento de población exigió más recursos, llegándose a un equilibrio, la propia naturaleza podía reponerse a la misma velocidad con la que se extraían recursos, ahora estamos en la que a la naturaleza le es imposible reponerse a la velocidad con la que se la extrae (ejemplo: árboles).
Conclusión: La sociedad de consumo tal y como la entendemos debe de cambiar o desaparecer, por este motivo surgió el «desarrollo sostenible», una forma de ver la calidad de vida de forma diferente a la que la vemos ahora, es un paso lógico para no hacer desaparecer nuestro capital natural ni nuestras fuentes de energía no renovables, utilizándolas para la fabricación de productos especiales y de gran valor y no quemándolos para hacer mover un vehículo.
La solución es la formación, divulgación y apoyo a todo lo relacionado con el desarrollo sostenible, para nuestra generación es difícil cambiar hábitos adquiridos, pero podemos hacer que nuestros hijos y nietos queden libres de esas ataduras, proporcionándoles la educación necesaria para romper con ellas.
Cambiar el mundo o la forma de pensar de sus habitantes es un proceso lento pero necesario, pudiendo acelerarlo a consecuencia del conocimiento y entendimiento de los problemas y las causas a que estos conllevan. Es el trabajo de la próxima generación, sin olvidar que nosotros debemos hacerles entender el problema.