¿CÓMO SE PREVÉ EL ALMACENAMIENTO DE LOS RESIDUOS DE ALTA ACTIVIDAD?

En el caso del ciclo cerrado (reelaboración o reproceso) el paquete de residuos de alta radiactividad es una cápsula de acero inoxidable y titanio en cuyo interior se ha introducido el producto vitrificado insoluble obtenido en la planta de reproceso después de recuperar uranio y plutonio. El tiempo de aislamiento geológico para este paquete donde no existe el plutonio de vida larga, es sólo de 800 años.
En el ciclo abierto, el paquete es un contenedor de cobre donde se han metido las varillas del elemento combustible gastado, rellenando con plomo fundido los huecos entre varillas. El tiempo de aislamiento geológico que requiere este paquete es de 4.000 años.

En ambos casos, el paquete de residuos de alta radiactividad se colocará en un almacén construido en una formación geológica entre 300 y 1.000 metros de profundidad. Como roca receptora se eligen, cuando es factible, las formaciones salinas (la presencia de sal garantiza la ausencia de agua) y, en su defecto, el granito o la arcilla, y como roca encajante siempre la arcilla.

La construcción de los almacenamientos de residuos de alta radiactividad es, con ciertas variantes, una labor típica de la minería clásica, como puede apreciarse en la figura 121 donde se muestra un esquema de uno de dichos almacenamientos. Los contenedores se colocan en pozos verticales practicados en el suelo de las galerías y, a continuación, se rellena el hueco con bloques de material muy absorbente como cierto tipo de arcillas, entre ellas la bentonita. Cuando todos los pozos de la galería han sido ocupados, ésta se rellena también de bentonita. Finalmente, cuando todo el almacenamiento haya recibido el total de contenedores previstos se rellenarán también todos los pozos de acceso y quedará aislado del exterior, acción que se ha llamado cerrado y sellado del almacenamiento.

Sólo se prevé un período relativamente corto de control radiológico, después no se considera necesario ningún tipo de vigilancia ambiental ni técnica, pues el sistema tiene que ser pasivo, o sea, capaz de funcionar en adelante y para siempre con la tecnología introducida y los mecanismos previstos.