Fuente: C. P. C. Mario Apaza Meza. Análisis e Interpretación de los Estados Financieros y Gestión Financiera.
La política fiscal es el esfuerzo que el gobierno desarrolla para influir en el nivel de la actividad económica, y lo hace por medio del control que puede ejercer en los gastos, impuestos, salarios y precios. Las políticas gubernamentales en estas áreas afectan al medio en que se toman las decisiones de inversión.
Los planes de egresos del gobierno pueden afectar a las inversiones en dos formas directas, Las empresas que son proveedores del gobierno, de sus formas directas. Las empresas que son proveedores del gobierno, de sus organismos y de los programas financiados por el mismo, dependen de la suma que se proponga gastar y de lo que decida comprar. Por ejemplo, la cancelación del programa espacial a fines de los años sesenta y principios de los setenta obligó a muchas empresas a pedir a sus ejecutivos de finanzas que iniciaran planes de diversificación. Esas empresas tuvieron que abandonar los negocios con el gobierno dependiente del programa espacial para ingresar en áreas no gubernamentales sino orientadas al consumidor. Cualesquiera cambios potenciales en el énfasis del presupuesto del gobierno debe tomarlo en cuenta el ejecutivo de finanzas cuando evalúe las oportunidades de inversión, aunque no sea más que por el hecho de que esos cambios son de importancia, notables y repentinos.
El otro efecto que produce el presupuesto del gobierno en la evaluación de las inversiones es su impacto en el nivel general de actividad económica. En teoría, el gobierno usa su presupuesto para estabilizar el ciclo de los negocios a pleno empleo y dentro de límites aceptables de inflación. Si el ritmo del presupuesto fiscal disminuye, dando lugar a un excedente para desbordar el gasto y enfriar la economía; en los períodos de recesión económica el presupuesto aumentará el gasto, provocando un déficit que estimulará la actividad.
Como ejecutivo de finanzas que decide el programa de inversiones, el lector resultará afectado por este intento de estabilizar la economía por medio del presupuesto. Tendrá que competir específicamente con el gobierno en el mercado financiero cuando aquél esté financiando un déficit, esto elevará las tasas de interés y el costo de adquisición de los recursos. Asimismo tendrá que prever los efectos de las políticas fiscales de gastos en la capacidad de la economía para absorber el producto de la empresa y satisfacer sus previsiones de ventas. Con frecuencia el momento que el gobierno elige no es tan bueno como debería y su programa de gastos sólo sirve para agravar una recesión en vez de remediarla.
Las limitaciones del gasto fiscal durante una recesión pueden hacer que las ventas de la empresa, se aparten de lo previsto, volviéndose indeseable una inversión que parecía rentable. Por otra parte, una política fiscal incorrecta que haya dado lugar a una inflación excesiva puede distorsionar el costo estimado de la inversión, volviéndose ésta incosteable.
En teoría, las políticas impositivas del gobierno han sido planeadas para ser otro medio estabilizador. En los periodos de recesión, supuestamente se concede un alivio en los impuestos, con lo cual aumenta el poder adquisitivo y se estimula la economía. En los períodos de auge insostenible e inflacionario es necesario aumentar los impuestos para absorber el exceso de poder adquisitivo y moderar la economía. El ejecutivo de finanzas debe estar preparado para incluir en su evaluación las políticas impositivas del gobierno. El gobierno puede conceder un alivio a una nueva inversión que incremente directamente la rentabilidad de las inversiones. En otro momento, la imposición de tasas más altas ahogará el potencial de mercado del producto y hará que una inversión lucrativa se vuelva incosteable.
El control de precios y salarios es otro instrumento que el gobierno utiliza en su constante lucha por controlar la economía. Durante, los períodos de «inflación excesiva» indica realmente a las empresas los precios que pueden cargar por sus productos. Es obvio que una acción gubernamental que prohíba el aumento de los precios puede modificar instantáneamente la opinión del ejecutivo de finanzas respecto al potencial de ingreso yla rentabilidad de un proyecto de inversión. También puede influir en la disposición de los accionistas a proporcionar capital, puesto que en un deterioro de la rentabilidad de la empresa que no se pueda rectificar un aumento de precios, puede, en caso extremo, afectar su liquidez.