POR QUÉ DEBE AHORRARSE ENERGÍA

Las reservas y los recursos energéticos no son ilimitados, aunque sean relativamente abundantes. Desde el punto de vista económico son bienes escasos (no son bienes libres, como el agua o el aire) y, por tanto, su uso debe ser racional, evitándose el despilfarro. Esto implica que debe extraerse el máximo aprovechamiento de la energía empleada, evitándose pérdidas innecesarias en la extracción, manipulación y transporte, utilizando técnicas y maquinas eficientes, y para el consumidor final, imponiendo precios disuasorios que penalicen el derroche y la dilapidación. Con ello, sin afectar al nivel de vida, se logrará prolongar el máximo las reservas y los recursos actualmente disponibles, encaminando la transición hacia nuevas energías de forma moderada, evitándose así situaciones traumáticas con elevaciones desmesuradas de los precios, reflejo, en la mayoría de las ocasiones, de escaseces relativas.