LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA EN EL PROFESIONAL
I. CONCEPTO
La autoestima es la valoración que uno tiene de sí mismo, se desarrolla gradualmente desde el nacimiento, en función a la seguridad, cariño y amor que la persona recibe de su entorno.
Está relacionada con el sentirse amado, capaz y valorado, lo que determina el auto concepto, es decir; la imagen que uno tiene de sí mismo en lo corporal, intelectual, social, etc. Cuanto más se trate a una persona como ser importante y digno, y se sienta amado y aceptado, mejor auto concepto tendrá; también se encuentra vinculada con el sentido de pertenencia a un grupo, con la posibilidad de plantearse metas a corto y largo plazo, con el sentirse competente y capaz en las actividades que realiza.[1]
II. IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
La gran importancia de la autoestima en nuestra vida puede sintetizarse en los siguientes criterios:
Constituye el núcleo de la personalidad. La fuerza del hombre es la tendencia a llegar a ser el mismo. La fuerza impulsora para el efecto es la voluntad inexorable de la persona de captarse a sí misma. El dinamismo básico del hombre es su autorrealización.
Determina autonomía personal. Un objetivo principal de la educación es la formación de personas autónomas, seguras de sí mismas, que se acepten a sí mismas, que sepan auto orientarse en medio de una sociedad en mutación. Para esto es indispensable tener una autoestima positiva.
Posibilita relación social saludable. El respeto y aprecio hacia uno mismo es la plataforma adecuada para relacionarse con las demás personas. Podremos estimar a los otros, reconocer sus valores e infundirles un auto concepto afirmativo, despertando fe y esperanza en sus propias capacidades y actuando como modelo de auto confianza.
Fundamenta la responsabilidad. No puede crecer la responsabilidad en una persona descalificada. Sólo se compromete quien tiene confianza en sí mismo, el que cree en su aptitud. Sólo éste encuentra en su interior los recursos requeridos para superar las dificultades inherentes a su compromiso. Asumir nuestra responsabilidad con nosotros mismos significa confiar en nuestra propia capacidad para evaluar y hasta para crear nuestra realidad. Haciéndolo nos motivamos a actuar desde nuestra propia conciencia, sin achacar a los demás o a las circunstancias nuestros posibles errores o dificultades.
Supera las dificultades personales. Cuando la persona goza de autoestima es capaz de enfrentar los problemas que le sobrevengan. Dispone dentro de sí la fuerza necesaria para reaccionar buscando la superación de los obstáculos. La persona de autoestima negativa.
Apoya la creatividad. La persona creativa surge desde la fe en si mismo, en sus capacidades, en su originalidad. Los que tienen bajo autoestima llegan a conformistas y masificados, prefieren la vida mecánica.
Condiciona el aprendizaje. La adquisición de nuevos aprendizajes está subordinado a nuestras actitudes básicas, que dificultan o favor recen la integración de la estructura mental, que generan energías más intensas de atención y concentración.
Garantiza la proyección de la persona. Desde sus cualidades las personas se proyectan hacia su futuro, se auto imponen aspiraciones y expectativas de realización y se sienten capaces de escoger y alcanzan sus metas.
III. FACTORES DE AUTOESTIMA
Estos factores contribuyen de forma interdependiente en la formación de la personalidad del individuo. Reforzando cada uno de ellos se refuerza la autoestima y por lo tanto se refuerzan de forma automática los otros y viceversa.[2]
3.1. Seguridad
Es el factor en el cual creemos reconocer más fácilmente nuestro nivel de autoestima. Si alguien se siente seguro de sí mismo y lo demuestra en su comportamiento y relaciones da la impresión de que tiene todos los problemas resueltos. En esa perspectiva el profesor debe sentirse seguro y cómodo consigo mismo, en los distintos contextos escolares y estar abierto a proyectar a sus alumnos la imagen correspondiente. Desde esta perspectiva el profesor tiene que ser un modelo, un amigo, un consejero y, además, un compañero más en clase. Esto lo puede conseguir desde la seguridad en sí mismo como persona y como profesional. Los jóvenes a su vez se dan cuenta de cómo se siente, le aceptan y apoyan con su propio comportamiento en el aula.[3]
3.2. Identidad
Sentido de auto concepto, es la forma cómo nos percibimos a nosotros mismos como personas. La formación de nuestro auto concepto empieza a delinearse, desde el nacimiento, en conformidad con la forma como nos percibían v nos trataban nuestros padres. Desde estas primeras imágenes v reacciones anímicas se desarrollan sucesivamente distintas facetas del auto concepto, en conformidad con los distintos contextos vivenciales y situaciones de refuerzo positivo o negativo que hayamos recibido.
3.3. Integración o Pertenencia
Implica sentirse cómodo y a gusto con los demás, sentir que formamos parte de un grupo familiar; de amigos de trabajo, de estudio, etc., y que aportamos algo al mismo. La autoestima desarrolla socialmente, desde que vivimos en sociedad.
3.4. Finalidad o Motivación
Busca que nuestra actuación sea oportuna, necesaria e inevitable. Cuando tenemos motivaciones suficientes modificamos nuestro comportamiento, hacemos todo lo necesario por lograrlo. Desde esa perspectiva desactivamos preconceptos, miedos, vergüenzas u órganos falsos. El principal elemento de motivación es tener fe en que podemos hacer lo que nos proponemos. [4]
3.5. Competencia.
Implica tener conciencia de la propia valía, de lo que sabemos, sentimos y podemos hacer. Acrecentar la competencia es una decisión personal en función de su propia autoestima.
IV. COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA
La autoestima tiene tres componentes: cognitivo, afectivo v colativo comportamental. Los tres operan íntimamente correlacionados, de manera que una modificación en uno de ellos comporta una alteración los otros. Un aumento de nivel afectivo y motivacional nos abre a u conocimiento más penetrante y a una decisión más eficaz. Una comprensión y conocimiento más cabal, elevará automáticamente el afectivo y volitivo.
Y una tendencia y empeño en la conducta reforzará dimensión afectiva e intelectiva. Idéntica correlación se origina a la inversa; cuando se deteriora uno de ellos; quedan afectados negativamente los restantes. Es mucho importante tener en cuenta esta interactúa comunicación de los tres componentes a la hora de plantearnos la pedía de la autoestima.
El componente cognitivo indica idea, opinión, creencias, percepción y procesamiento de la información. Es, como dice Markus, el conjunto de autoesquemas que organizan las experiencias pasadas y son usados para reconocer e interpretar estímulos relevantes en el ambiente social.
El autoesquema es una creencia y opinión sobre sí mismo que determina el modo en que es organizada, codificada y usada la información que nos llega sobre nosotros mismos. Es un marco de referencia por el cual damos un significado a los datos aprehendidos sobre nosotros mismos. El auto concepto ocupa un lugar privilegiado en la génesis, crecimiento y consolidación de la autoestima.
Las restantes dimensiones, afectiva y conductual, caminan bajo la luz que les proyecta el auto concepto, que a su vez se hace servir acompañar por la autoimagen o representación mental que un sujeto tiene de sí mismo en el presente y en las aspiraciones y expectativas futuras. Es determinante el valor de la autoimagen para la vitalidad de la autoestima.[5]
V. Niveles de la autoestima
5.1. Nivel alta de autoestima.
Tener autoestima elevada no le garantiza que tendrá el éxito asegurado pero si le ofrece la garantía de que se sentirá bien consigo mismo y con los demás. Cuando uno se siente bien consigo mismo se pueden establecer relaciones mas estrechas, encontrando mas amigos, porque no tendrá miedo de desarrollar sus habilidades. Querrá arriesgarse y probar nuevas cosas, nuevas experiencias. Usted podrá:
5.2. Nivel media de autoestima.
No se habla de una alta autoestima, sino del narcisismo o de una buena autoestima. El narcisismo es el amor excesivo hacia uno mismo o de algo hecho por uno mismo, por eso se dice que una persona es narcisista, cuando está enamorado de sí mismo, es decir de lo que piensa, de lo que hace, de cómo es, de cómo se viste, etc., pero no del propio ser, sino de la imagen del yo.
Alguien con una buena autoestima no necesita competir, no se compara, no envidia, no se justifica por todo lo que hace, no actúa como si «pidiera perdón por existir», no cree que está molestando o haciendo perder el tiempo a otros, se da cuenta de que los demás tienen sus propios problemas en lugar de echarse la culpa «por ocasionar molestias».
5.3. Nivel baja de autoestima.
Todos tenemos en el interior sentimientos no resueltos, aunque no siempre seamos conscientes de estos. Los sentimientos ocultos de dolor suelen convertirse en enojo, y con el tiempo volvemos el enojo contra nosotros mismos, dando así lugar a la depresión. Estos sentimientos pueden asumir muchas formas: odiarnos a nosotros mismos, ataques de ansiedad, repentinos cambios de humor, culpas, reacciones exageradas, hipersensibilidad, encontrar el lado negativo en situaciones positivas o sentirse impotentes y autodestructivos.
Cuando una persona no logra ser autentica se le originan los mayores sufrimientos, tales como, enfermedades psicológicas, la depresión, las neurosis y ciertos rasgos que pueden no llegar a ser patológicos pero crean una serie de insatisfacciones y situaciones de dolor, como por ejemplo, timidez, vergüenza, temores, trastornos psicosomáticos.
VI. Necesidades de reforzar nuestra autoestima
Las causales más frecuentes para malestares de autoestima es la visión sólo o predominantemente negativa de sus actos, debiendo por el contrario iniciar el reconocimiento de sus positividades para luego ver sus aspectos negativos. La amenaza psicológica es una realidad para todos nosotros algunos, la frecuencia e intensidad de la amenaza puede ser consistentemente alta. Para otros puede mantenerse baja. Pero todos somos vulnerables a amenazas psicológicas en algunas áreas superarlas es uno de los procesos básicos involucrados en el desarrollo personal.
La autoestima modifica la amenaza psicológica. Hay una relación inversa entre los grados de autoestima y los grados de amenaza psicológica. A medida que aumenta la autoestima, la frecuencia e intensidad de la amenaza psicológica disminuye. Lo contrario es igualmente cierto. A medida que la autoestima disminuye, la frecuencia e intensidad de la amenaza psicológica aumenta.
La persona que se dé cuenta de su propia valía e importancia y asume la responsabilidad de sus actos puede salir del victimismo y entrar en el proceso de autoestima. Desde esta perspectiva, se abre a la acción positiva, crea cauces de comprensión mutua, proyecta interés y afectividad a su alrededor, se percibe a sí misma como autorrealizante, actúa de acuerdo con esta visión misma, considera sus errores y los errores de los demás como etapas de aprendizaje y crecimiento.
6.1. Victimismo
La persona que se siente víctima de los demás, de la sociedad, de sí mismo, del entorno, de la escuela, del trabajo, de los alumnos, de la familia y más casos y situaciones, sé autobloquea en sus propias actuaciones vivenciales: Pero puede reeducarse a sí mismo para dejar de sentirse víctima y ser causa de su vida: La persona con sentido de victimismo no consigue relacionarse con los demás desde una perspectiva del realce personal propio, sus relaciones se ven dificultadas por el sentido de separación, rechazo, insuficiencia, etc.
6.2. Vergüenza
Este tipo de vergüenza no afecta a la persona y es fuente de aprendizaje y crecimiento. En la pedagogía perniciosa, la vergüenza es una emoción negativa que 110 facilita la formación positiva de su carácter. Se dirige a la persona y no sólo a la acción.
6.3. Culpa
A menudo cuando no hemos respondido a las expectativas de nuestros educadores nos hemos sentido culpables. Lo ideal es que tanto nosotros como los demás tengamos, siempre una motivación positiva para hacer lo que queramos. Pero quienes tienen sentido de culpa no tienen esta motivación positiva.
VII. Pilares fundamentales de la autoestima
La autoestima tiene dos aspectos interrelacionados:
Un sentido de eficacia personal (autoeficacia).
Un sentido de mérito personal (autodignidad)» (Figueroa, 1998).
Cuando el autor menciona aspectos interrelacionados pretende hacer énfasis en el hecho de que se necesitan ambos términos para lograr como resultado una base fundamental de la autoestima y que el estado de uno repercute en el otro ya sea positiva o negativamente, se trata de lograr un balance entre la autoeficacia y la autodignidad que permita que las personas descubran sus potencialidades y a la vez valoren sus experiencias para encaminarse hacia una adecuada autoestima.
La autoeficacia representa la seguridad que el individuo posee ante sus capacidades de elegir razonablemente, de comprender con claridad los acontecimientos que se presentan cotidianamente en su medio y lograr una interpretación adecuada que guíe su comportamiento tomando en cuenta sus intereses y necesidades. En la medida en que crea más en sí mismo está fortaleciendo su sentido de autoeficacia que lo lleva a definir una mejor autoestima y a participar activamente de las decisiones de su propia vida. Esto hace que un trabajador se sienta en condiciones de tomar decisiones efectivas dentro de sus labores, analizadas adecuadamente.
Por otra parte se tiene la autodignidad que significa la seguridad que el ser humano tiene sobre su valía, de realizarse como persona y sentirse pleno; así como de expresar ante otros de una manera apropiada su manera de ver las cosas, deseos y necesidades con toda libertad. La autodignidad de una persona le permite en su trabajo emitir opiniones con seguridad y guardando el respeto al resto del grupo; asimismo le brinda confianza para aspirar a ascender dentro de la organización por su desempeño.
Ambos elementos interactúan para darle soporte a la autoestima, brindarle mayor independencia al sujeto y mejorar su convivencia cotidiana con los demás, sobretodo en su ámbito laboral donde es necesario que las relaciones entre jefes y subordinados sean de respeto y con una adecuada comunicación abierta a las críticas constructivas y sugerencias entre ambos.
VIII. Factores que influyen en el desarrollo de la autoestima
8.1. Autoestima laboral
En el mundo laboral actual el ser humano está expuesto a condiciones cambiantes, presiones, retos, conflictos y muchas otras situaciones que encierran un factor bastante influyente sobre la autoestima del mismo y donde a su vez el carácter y la personalidad del individuo condicionan los logros y fallas que inciden en los resultados esperados en cualquier empresa o negocio, de allí la importancia de estudiar este componente de la personalidad del individuo.
Ahora que se ha visto como se forma la autoestima y los factores que inciden en ella relacionados con el desarrollo de la personalidad de los trabajadores, se verá cómo es la interacción entre el ambiente de trabajo y las actitudes de los trabajadores.
8.2. Definición
La autoestima en el ámbito laboral se entiende como la valoración que cada persona hace de si misma sobre sus capacidades e importancia que repercuten en el desarrollo de su trabajo, la cual influye a la vez en sus relaciones entre compañeros de trabajo y con sus superiores.
La autoestima de los miembros de una empresa les posibilita afrontar con éxito los procesos de cambio y transformación en el ámbito empresarial ya que les permite ver los retos como oportunidades más que como amenazas (Bolívar, 2003, autoestima y cambio, 1).
8.3. Influencia de las condiciones laborales en la autoestima del trabajador
Al obtener un empleo las personas se sienten valoradas y reconocidas, ya dentro del mismo, el grado de autoestima que se presente depende de los pilares de la motivación hacia el trabajador. (Corba, 2003, 8)
Cuando una persona obtiene su empleo se siente motivada por el hecho de haber sido elegida como apta para desarrollar la tarea que requiere el puesto al que aspiró y ha sido asignado; sin embargo este sentido puede cambiar de acuerdo a los estímulos que del entorno laboral reciba el trabajador y de qué tan sólidas son las bases de la autoestima que posee.
Si alguien es constantemente avergonzado en su puesto de trabajo, sobre todo frente a todos sus demás compañeros, sin reconocer nunca los logros alcanzados se desarrollará una actitud negativa hacia el trabajo y la empresa, que hacen que en lugar de sentirse parte de la razón de ser de la misma se sienta excluida de ella con lo que cada día se sienta con menor valor por estar en un lugar donde no puede desarrollar su potencial y esto afectará su rendimiento negativamente.
En lugares como plantas de producción los trabajadores además de estar influenciados por factores del ambiente que los hacen adaptarse o no más fácilmente a sus tareas, están sometidos a presiones de llegar a producir una meta determinada y condicionados a no cometer errores; cuando uno de estos ocurre y el supervisor lo descubre debe guiar al trabajador para hacerle ver que él es capaz de corregirlo y de hacer una producción con cero defectos, pero si se le reprende a gritos y con ofensas se sentirá con falta de confianza en si mismo que le ocasionará inconscientemente seguir cometiendo los mismos errores y que lo harán perder confianza en sus capacidades, actuando por temor u obligación y disminuyendo su autoestima. Esto se traduce no sólo en áreas de producción de bienes sino también para áreas administrativas donde se planea mucho el futuro de las organizaciones.
Enfocado al trabajo, se nota que una persona que está en un ambiente laboral armonioso y con condiciones adecuadas para su trabajo se le ve más dispuesto, conforme con su trabajo y lo hace sentirse valorado; mientras quien debe trabajar en un ambiente descuidado, en malas condiciones y con un régimen represivo se observa insatisfecho, tiene problemas para concentrarse y aumenta los errores, su autoestima es disminuida por no sentirse valorado ni tomado en cuenta.
Cada persona se prepara para desempeñar sus labores en un área determinada, sin embargo la realidad de la sociedad donde los mercados laborales están completamente saturados deja a muchos fuera de posibilidades de estar en los empleos para los que se han preparado y los obliga a trabajar en otros muy diferentes, con lo que su autoestima se ve dañada y tienden a creerse incapaces, sin ver que más adelante pueda existir otra oportunidad mejor de empleo.
8.4. Caracterización de la autoestima en el trabajador
8.4.1. Autoestima Positiva
«Una persona con una alta autoestima está mucho más dispuesta a establecer relaciones sanas con otras personas que aquella que sienta culpa crónica o está llena de sentimientos de inferioridad» (Jourard, 1967 citado en Cerna, 1993, p.61). Las relaciones entre compañeros son mejores cuando las personas que integran el círculo de trabajo son conscientes del aporte que cada uno representa para la empresa o negocio y que en lugar de verse como rivales se ven como personas competentes, con grandes ideas y capacidades que posibilitan obtener mejores resultados grupales que a la vez involucran resultados positivos a nivel individual, que fortalecen la autoestima.
Las personas con buena autoestima son capaces de reconocer sus errores sin sentirse humillados por ellos y lo más importante es que no se estancan en las dificultades sino que buscan resolver los problemas confiando en sus capacidades.
Según Rodríguez, Pellicer y Domínguez (1988, citados en Cerna, 1993, p. 62) la autoestima alta implica ser capaces de reconocer tanto las habilidades y capacidades así como las debilidades y limitaciones, siempre confiando en la capacidad propia para tomar decisiones.
El profesional con autoestima positiva tiene mayor facilidad para percibir la realidad y para tener una mejor comunicación interpersonal con las personas que trabajan junto con él. Este aspecto es sumamente importante en la dirección de la empresa, los gerentes con buena autoestima son conscientes de las necesidades de la organización y a la vez prestan atención a las necesidades de su personal porque reconoce su valor, se consideran aptos para delegar responsabilidades confiando en sus trabajadores y en su capacidad misma para coordinar las actividades.
La buena autoestima en las personas les ayuda a tolerar mejor el estrés, la incertidumbre y enfrentar los procesos de cambio que se presentan con frecuencia en el ámbito laboral. Las constantes presiones son llevadas mejor por las personas que creen en sí mismas y que se enfrentan con valor a los retos que las exigencias laborales de hoy en día demandan, no buscan huir de la realidad sino enfrentarla, son personas seguras de lo que pueden lograr y terminan planes al tiempo requerido, obtienen resultados positivos y buscan optimizar sus recursos en la labor que desempeñan.
Las personas con buena autoestima tienen seguridad y se sienten elementos importantes en su lugar de trabajo, por lo tanto desempeñan con gusto sus labores, se sienten satisfechos con lo que hacen e identificados con los fines de la organización, comprometidos con resultados a corto y a largo plazo. La buena autoestima hace que el sentido de pertenencia motive a las personas, aumentando la productividad, efectividad y eficiencia en las actividades, lo cual es beneficioso para la empresa y contribuye a enriquecer el potencial y la autoestima de los trabajadores.
8.4.2. Autoestima Baja
La persona con autoestima negativa está convencida de que no tiene aspectos positivos para sentirse bien consigo misma, tiene conciencia de sus defectos, pero tiende a sobredimensionarlos (Bolívar, 2003, la autoestima negativa, 3). Cuando las personas viven sin autoestima o con niveles de ella muy bajos toman cualquier error como excusa para sentirse peor consigo mismos, para reprocharse que son incapaces de realizar algo bien y tienden a ser inconstantes en sus acciones por temor al fracaso que de antemano suponen como regla en los proyectos que echen a andar.
Las personas que carecen de autoestima muestran problemas para aceptar críticas constructivas sobre la manera en que están realizando su trabajo, porque se sienten amenazados por los demás, tienden a compararse pero no sanamente sino de manera que se crea una rivalidad interna que lleva a malas relaciones con los compañeros de trabajo y en el caso de los gerentes o supervisores su inseguridad los hace sentir que sólo pueden mantener el control en sus labores mientras utilicen la represión con lo que desmotivan al personal que tienen bajo su cargo.
La baja autoestima en los trabajadores los hace reprimir sus ideas, por temor a ser ridiculizados o porque no sean tomados en cuenta; los hace vulnerables a las presiones del entorno laboral y a los cambios demandantes en las organizaciones de hoy en día. Esto ocasiona que realicen sus labores con altos niveles de ansiedad y con inseguridad provocando errores constantes y generando una barrera que les impide pensar en nuevos proyectos o nuevas y mejores formas de hacer las cosas en sus trabajos.
Cuando están en el desempeño de sus labores se les ve con actitud negativa, quejas constantes pero no hacen nada por cambiar los motivos por los que están inconformes; se sienten inferiores y por lo tanto no buscan responsabilidades grandes sino que prefieren hacer trabajos rutinarios y con el menor compromiso posible; la persona con baja autoestima no se conoce en realidad a sí misma, y por lo tanto desconoce o es incapaz de reconocer sus capacidades y destrezas, con lo que sus resultados tienden a la baja productividad e ineficiencia ocasionando menores posibilidades de superación para la empresa y para ellas mismas.
«Para el Retcambio Personal, creer en las oportunidades, crea posibilidades sobre las cuales construimos emprendimientos y multiplicamos futuros» (Santos, 2005). A partir de esta definición se toma al Retcambio como una herramienta valiosa para consolidar la importancia de la autoestima y a la vez para enriquecerla mediante su planteamiento de que para lograr emprender nuevas y mejores alternativas en el entorno es necesario tener una firme confianza y esfuerzo en las propias habilidades y destrezas.
Es importante que cada persona busque ser el actor en su propia realidad, más que un simple observador o crítico negativo de la misma; esto significa ver en los problemas no tropiezos sino otro camino que muestra nuevas oportunidades para lograr las metas que se desean alcanzar.
La autenticidad como parte del retcambio se refiere a la construcción de una sana identidad, consistente y fuerte, a través de la aceptación activa, autoestima y autoconfianza. Es así como la autoestima se considera uno de los pilares fundamentales para implementar el retcambio, para implementar nuevas ideas y desarrollar métodosque posibiliten un mejor desempeño para las personas en las distintas áreas ocupacionales; he aquí el gran valor del retcambio, que plantea una opción viable para todos los campos laborales existentes partiendo del ente más importante en el manejo de una empresa o negocio, el ser humano.
«Los resultados (eficacia, eficiencia, efectividad y protagonismo) están determinados por la conducta (conocimientos, estados de ánimo y acciones)» (Santos, 2005). Estos resultados son los que miden el desarrollo de una empresa y el presentar avances en los mismos representa una ventaja competitiva en el mundo laboral actual, donde los profesionales son capaces de innovar y aprovechar sus recursos de la mejor manera siempre y cuando posean seguridad y confianza en si mismos que les permita ver más allá de barreras creadas por las personas para no enfrentarse a cambios reales y que representen riesgos que valen la pena correr.
Una de las técnicas empleadas por el recambio es el ciclo para la acción, donde es posible plantear propuestas para la puesta en marcha de estrategias que resuelvan un problema o dificultad.
RECOMENDACIONES
Para favorecer el desarrollo de una buena autoestima se puede contribuir al facilitar alternativas con objetivos acordes a las capacidades y nivel de desempeño de los trabajadores. Esto significa que para contribuir positivamente en la autoestima de los trabajadores es necesario ver que las exigencias y metas que se les demandan sean acordes a sus aptitudes y capacidades para no someterlos a trabajos donde su rendimiento sea negativo por falta de preparación y no de capacidad, en todo caso si la persona se siente apta para aprender algo nuevo la empresa puede fortalecer esa actitud mediante capacitaciones que mejoren su rendimiento.
Los jefes y supervisores deben autoevaluar su método de revisión y corrección en las labores de sus subordinados para ver si no están cerrados a las opiniones, sugerencias, y críticas, para lograr que su personal se sienta parte de los objetivos de la empresa.
Debe reforzarse los aspectos positivos encontrados en una persona o en sí mismo, y manifestarle su importancia y su aporte en las actividades que se llevan a cabo, ya que aunque una persona tenga buena autoestima, los estímulos que recibe del medio influyen en su desempeño en gran medida.
La gerencia moderna propone entregar más poder, confianza y responsabilidad a los subordinados» (Mora, 2003, 9). De ahí la importancia de que los gerentes sean más abiertos a las opiniones de su personal, considerándolos elementos importantes para el desarrollo de la organización en quienes pueda delegar actividades confiando en sus resultados, con lo que contribuirá a elevar la autoestima de sus trabajadores y su identificación con los fines de la empresa para obtener mayores y mejores resultados.
CONCLUSIONES
Como ser eminentemente social la autoestima del ser humano es afectada por varios agentes que se encuentran presentes a lo largo de la vida y que su influencia se manifiesta sobre todo en la adultez.
La base primordial de la autoestima se consolida en la niñez ya que su efecto se hace sentir en las etapas posteriores en la vida de la persona.
De la manera en que alguien sea valorado en su trabajo, que busque obtener mejores resultados y que camine hacia el éxito con bases sólidas, de esa manera su autoestima se enriquecerá o por el contrario se verá disminuida.
El concentrar esfuerzos en mejorar la autoestima de los trabajadores es una inversión para encaminar al éxito los resultados de la empresa.
BIBLIOGRAFIA
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- Valdez Torres, Carlos. “Autoestima y Desarrollo de la Personalidad”. Editorial Oikos Tau. Segunda Edición. España.1990. pág. 118.
[1] Mavilo Calero Pérez. “Autoestima y Docencia”. Editorial San Marcos. Lima Perú. 2000. pág. 36.
[2] Branden N. “Como mejorar su autoestima”. Editorial Paidos Iberica. Barcelona. 1995. pag. 120.
[3] Miranda Enriquez, Roxana. “Guia de tutoria”. Dirección nacional de educación Secundaria y Superior Tecnológica. UDCEERS. Lima. Págs. 72.
[4] Mejía, Eduardo. “Pautas para elevar la autoestima”. Editorial Ambar. Primera Edición. Lima. 1995. pág. 232.
[5] Valdez Torres, Carlos. “Autoestima y Desarrollo de la Personalidad”. Editorial Oikos Tau. Segunda Edición. España.1990. pág. 118.