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La oferta residencial: variedad tipológica y atención a sectores débiles.

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Las políticas de vivienda europeas conllevan una fuerte inversión, dirigiéndose en general a la construcción y gestión de vivienda publica en alquiler para grupos desfavorecidos, aunque en España por ejemplo todavía se realiza una política de vivienda tasada para salarios bajos, vía suelo barato y subvenciones. El mal común de las políticas europeas de las ultimas décadas fue la construcción de grandes barrios de vivienda social, barrios homogéneos socialmente, generacionalmente y puramente residenciales, que se han convertido en fuentes de malestar social y fuertes problemas, por lo que casi todos los países se están viendo obligados a actuar con políticas sociales y de empleo. En algunos casos se están empezando a actuar con políticas urbanísticas que rompan la terrible homogeneidad y unifuncionalidad que contribuyen a los problemas actuales. Así se comprobó por ejemplo en el estudio de la OCDE de 1996 “Integrating distressed urban areas”.

La política de vivienda europea actual se dirige a grupos desfavorecidos específicos: población que carece de recursos económicos suficientes, y en particular de ingresos estables como la juventud, parados de larga duración, inmigrantes sin recursos, y como caso extremo los excluidos (infravivienda, los sin techo, inmigrantes sin papeles, etc.). La otra gran política de vivienda en las ciudades europeas es la rehabilitación de edificios degradados que se suele aplicar por áreas y se empieza a combinar con otras políticas sociales en las zonas más degradadas. En el capitulo 5 se analizan las políticas para barrios desfavorecidos y en la Red 2 de URB-AL La conservación de los contextos históricos urbanos, puede consultarse la política de rehabilitación física de barrios y viviendas. (http://www.urb-al.net/rete2)

Las políticas de vivienda en Latinoamérica apuntan a la solución de los déficits cuantitativo y cualitativo, mediante actuaciones de diverso tipo: vivienda nueva, lotes con servicios, subdivisión de predios y reubicación de asentamientos en zonas de riesgo. Las diferentes modalidades de oferta se desarrollan básicamente a través de planes de construcción masiva o a diferentes escalas para viviendas unifamiliares y multifamiliares, programas de mejoramiento, renovación, densificación, legalización y reutilización de estructuras en desuso. La vivienda en alquiler corresponde al mercado privado.

Los enfoques buscan compatibilizar cuatro factores fundamentales para la solución de los déficits mencionados: una inversión pública eficiente, focalizada y programada; un rol activo del sector privado, el papel de los usuarios y la participación de los sectores débiles. Las formas de financiamiento y la gestión inmobiliaria – del suelo -, son aspectos coyunturales de la problemática. El control de calidad, aún tratándose de un tema de gran importancia, no recibe mayor tratamiento.

Aun cuando el mercado es manejado en su mayoría por el sector privado, las ONG y las organizaciones de base comunitaria se han convertido en una alternativa para promover la ejecución de proyectos asociativos mediante sistemas de autoconstrucción y autogestión, proyectos que además de contribuir a la solución de problemáticas sociales, estimulan la creación de empresas comunitarias para utilización de materiales autóctonos y el desarrollo de nuevas técnicas de construcción que consideren los estándares de calidad y estabilidad recomendados.

Los países de la región latinoamericana tienen en general un gran conocimiento sobre las problemáticas habitacionales, han diseñado políticas acertadas, instrumentos de gestión innovadores y tecnologías adecuadas. Muchos de ellos han implementado esquemas de descentralización de funciones hacia los municipios y generado espacios para la participación de las comunidades organizadas. Pero, la concepción integral del problema, la importancia que tiene diversificar la oferta y promover intervenciones de diferente tipo pierde terreno ante las prácticas públicas y privadas que privilegian la urbanización y la vivienda nueva, dada su importancia para el desarrollo y fortalecimiento de los sectores financiero y de la construcción.

Esta prevalencia de “lo nuevo” en un sector como el de la vivienda que ocupa el 60% de las tierras urbanas, y la no aplicación equilibrada y simultánea de las políticas de densificación, mejoramiento, y renovación, por ejemplo, generan sin dudas efectos ambientales y guardan directa relación con:

Los fenómenos de expansión de las ciudades. Los avances de la urbanización, los cambios de uso y la adecuación de tierras para la vivienda, procesos donde en muchas ocasiones median intereses económicos (la generación de plusvalía por ejemplo), ponen en peligro la preservación de áreas con valor ecológico y de soporte como humedales, bosques nativos y cuencas hidrográficas, entre otros.

El abandono y desuso de las estructuras e infraestructuras instaladas. El direccionamiento preferencial de inversiones hacia nuevas soluciones desestima las áreas céntricas de las ciudades y los barrios ya consolidados al no tomar en cuenta el gran potencial de contribución que tienen estas zonas para la aminoración de los déficits. Desatender las opciones de uso y reutilización de instalaciones, contribuye a acentuar el deterioro progresivo de edificaciones, vías, espacios públicos, servicios domiciliarios y equipamientos,

La oferta a los sectores débiles. Un gran porcentaje de la población urbana pobre (40% aprox.) que no puede acceder a los sistemas formales de financiamiento de vivienda, acude al mercado informal, al clandestino o a la invasión de tierras. Estos asentamientos se caracterizan por la deficiente prestación de servicios públicos y domiciliarios, carencia y abandono de espacios públicos y equipamientos sociales, inestabilidad física de las unidades habitacionales e inseguridad social y de tenencia, condiciones que afectan la salud física y mental de los moradores en su gran mayoría niños, mujeres y ancianos.

Entre otros temas de debate se sugieren los siguientes:

– Políticas e incentivos para la densificación
– La importancia del stock construido en las soluciones de vivienda. La promoción a la participación del sector privado
– La provisión y manejo del espacio público en zonas residenciales
– Promoción a la investigación y uso de materiales, normas y técnicas autóctonas de construcción
– Tecnologías para la planeación, suministro y conservación de la infraestructura
– Asistencia técnica y capacitación del recurso humano para la autoconstrucción.
– Normas mínimas de calidad habitacional y aseguramiento de la calidad.

Algunos casos que pueden servir de apoyo al debate son:

Amsterdam, Holanda: Reciclaje de un hospital para viviendas y locales de trabajo para mujeres. http://habitat.aq.upm.es

Baeza, Jaén, España: rehabilitación del Convento de Santa Catalina para viviendas de rentas bajas, por trabajadores de la Escuela Taller. http://habitat.aq.upm.es

Gauyaquil, Ecuador: El Programa de Mejoramiento de Vivienda para remodelación, conservación y mantenimiento de las viviendas. Acceso a los servicios públicos.

Cali, Colombia: Mejoramiento de Vivienda con Subsidio. Fundación Carvajal. Mejoramiento de espacios y materiales de las viviendas. 5.000 viviendas mejoradas en 26 barrios. 25.000 beneficiarios con aumento de capacidades.

Andalucía, España: Políticas alternativas de vivienda de la Junta de Andalucía. http://habitat.aq.upm.es

Madrid, España: la remodelación de barrios en Madrid como ejemplo de participación en la renovación urbana. http://habitat.aq.upm.es