La ciudad productora y distribuidora de energía
ASPECTOS GENERALES
El apartado « ciudad productora y distribuidora de energía » abarca los siguientes puntos principales:
a) En el ámbito de la producción (de electricidad, de calor o de frío):
Diagnósticos energéticos de las instalaciones y estudios de factibilidad, mejora del rendimiento de los equipamientos de producción y de su impacto medioambiental; utilización de los recursos renovables (solar, eólico, hidráulico, etc.); desarrollo de la cogeneración y de la autoproducción para algunos consumidores; optimización de la valorización energética de los residuos urbanos
b) En el ámbito de la distribución (de calor, gas y electricidad):
Realización del diagnóstico de las instalaciones y mejora de los rendimientos;
firma de contratos de concesión, favorables para el municipio y sus habitantes;
desarrollo de sistemas de recuento y de facturación, sencillos para el usuario, que ayuden a controlar el consumo; balance de todos los consumos energéticos en la cuidad, según tipo de uso, tipo de usuario, grupos de clientes, etc.
Se pueden, también tratar las acciones siguientes:
Adaptación de la producción y de la distribución a la demanda final de energía (« least cost planning »).
Hacer todo lo posible para tratar de reducir el consumo de los habitantes, de los servicios y de las empresas (« demand side management »).
En producción y distribución urbana de energía en el ámbito latinoamericano, se busca fundamentalmente compatibilizar los niveles de demanda y oferta energética, (optimizar la relación producción – consumo) garantizando el mejoramiento de los niveles de bienestar social, disminuyendo los costos de producción y los niveles de contaminación, y racionalizando el consumo en aras de lograr:
Un entorno sano, menos contaminado, con consideraciones medioambientales y con menor vulnerabilidad.
La disminución de las externalidades negativas en el largo plazo, la internalización de los costos medio ambientales de la producción de energía y el establecimiento de los límites de tolerancia ambiental en relación con los costos económicos de la actividad.
La internalización de los costos sociales de la degradación del entorno, promoviendo el uso racional de los recursos, destacando las ventajas económicas comparativas y aplicando incentivos a la producción alternativa.
Un aspecto importante es también la introducción de tecnologías de mayor eficiencia, sobre todo de aquellas que promuevan la producción y utilización de fuentes de energía renovables y/o alternativas, mediante el aprovechamiento racional de los recursos existentes.
La utilización de los recursos naturales in situ, para la producción y consumo de energías alternativas en los niveles regional y local, es una opción a tomar en cuenta por las ciudades y municipios de Latinoamérica, en virtud de lo que ello representa para la reducción de costos, aprovechamiento eficiente de recursos naturales, fortalecimiento de la autonomía municipal y participación de la comunidad.
Aún cuando existen en la región LAT potenciales muy significativos de biomasa, hidroelectricidad a pequeña escala, energía solar y eólica, la participación de las fuentes alternativas de energía en el suministro energético es muy bajo. Esto contrasta con los altos costos de suministro y los niveles reducidos de consumo en que incurren la mayoría de municipios de menos de 10.000 habitantes.
Un sistema energético local, que no tenga que asumir los costos de transmisión y distribución de los sistemas nacionales interconectados, sería una solución apropiada para la atención de las demandas locales y para el manejo y control de costos derivados, por ejemplo, del alumbrado público.
La importancia de la utilización de energías alternativas a nivel doméstico, como por ejemplo la de los gases combustibles producidos a partir de la descomposición de residuos animales y vegetales que se utiliza en la cocción de alimentos, servirían de apoyo a estrategias de preservación y uso racional de los recursos. Es el caso de Colombia donde según el censo de 1993 aún cocinan con leña un millón quinientos mil hogares, que consumen en zonas rurales de ocho a diez millones de toneladas de madera por año. Por su parte la generación de energía solar a partir de paneles fotovoltaicos es económicamente factible y constituye una alternativa sobre todo para los países localizados en la zona ecuatorial.
Complementariamente es entonces necesario para la región:
Diseñar estrategias de divulgación e implementar una infraestructura comercial, científica y técnica que aumente los niveles de conocimiento y brinde información sobre la materia tanto a administradores locales como a las comunidades.
Acceder a métodos aplicados de contabilidad ambiental.
Introducir en la formulación de los Planes de Desarrollo y de Ordenamiento Territorial, medidas que promuevan e impulsen la investigación y la participación comunitaria tanto en la elaboración de diagnósticos como en la implementación de los proyectos. La comunidad también puede involucrarse en la administración de empresas de servicios públicos.
Diseñar políticas específicas en el sector, con énfasis en mecanismos de comercialización y mercadeo que permitan hacer competitiva la actividad de frente a las energías tradicionales (derivados del petróleo y electricidad).
ALGUNAS CIUDADES DE REFERENCIA EN MATERIA PRODUCCION Y DISTRIBUCCION DE ENERGIA
AMERSFOORT (Holanda): energía fotovoltaica aplicada a un barrio.
DOLE (Francia) : utilización de leña para calor y electricidad.
DORTMUND (Alemania) ,DUNKERQUE (Francia): energía eólica
GINEBRA (Suiza): agua caliente por energía solar.
NEWCASTLE UPON TYNE (Reino Unido): planificación energética global urbana.
PALERMO (Italia) : varias instalaciones de aprovechamiento de la energía solar.
RUDKOBING (Dinamarca) : cogeneración con residuos agrícolas
VAXJO (Suecia): red de calor con utilización de la biomasa.
Actualmente ya existen algunas redes de ciudades que intercambian información y experiencias en materia energética, este es el caso, por ejemplo de la red CURE (Communities Using Renewable Energies) del que forman parte cinco comunidades urbanas cuyo objetivo es utilizar lo más frecuentemente posible las fuentes renovables de energía. (Para más información, consultar ENERGIE-CITES).