Gestión de los recursos energéticos
La energía es un elemento clave de la vida urbana, tanto desde el punto de vista de la calefacción o del aire acondicionado de los inmuebles, como en cuanto al alumbrado, los transportes o las actividades económicas relacionadas con ella.
Los recursos energéticos, al estar íntimamente ligados a la contaminación atmosférica (entre otras fuentes, las emisiones de gas con efecto invernadero y específicamente el CO2), deben gestionarse teniendo en cuenta, tanto su producción como su distribución y su consumo.
En Europa, se estima que el 75% de los recursos energéticos se consume en las ciudades, esto muestra la importancia de la implicación de los responsables municipales en la gestión de la energía.
La Comisión Europea inició, hace aproximadamente quince años, un programa específico –Programación Energética Regional y Urbana- cuyo objetivo era optimizar, tanto el abastecimiento como el uso energético en los núcleos urbanos. Se creó una dinámica red de intercambio de experiencias entre ciudades europeas– ENERGIE-CITES- y finalmente se publicó, a finales de 1994, una Guía para la programación energética urbana.
Según esta guía, las numerosas acciones que tienen una dimensión energética en el ámbito de las ciudades se pueden agrupar en cuatro funciones:
« la ciudad productora y distribuidora»
« la ciudad gestora»
« la ciudad consumidora »
« la ciudad incitadora».