Componentes interrelacionados del desarrollo sostenible en las ciudades.
Como consecuencia de lo expuesto hasta ahora, queda patente que cuando se habla de desarrollo sostenible, máxime en las ciudades que son entidades sociales de gran densidad de actividades, concentración espacial y que cuentan con gobiernos propios, se está hablando de distintos componentes interrelacionados, que deben contemplarse conjuntamente a la hora del análisis de los problemas y la búsqueda de las soluciones:
Sostenibilidad ambiental: que se basa en la consideración de los limites ambientales y la búsqueda de la eficacia ambiental, mejorando el metabolismo urbano y reduciendo la huella ambiental de las ciudades.
Prosperidad económica: la creación de oportunidades de empleo y de abastecimiento de los bienes y servicios necesarios, para la mejora de la calidad de vida de la ciudad, dentro de los límites ambientales y con mecanismos específicos de desarrollo local en los barrios más desfavorecidos.
Integración social: la creación de oportunidades para todos y, en particular, la garantía de que todos los ciudadanos pueden adquirir las capacidades necesarias para acceder a ellas, para lo que es necesario actuar con principios de equidad y eficacia social.
Identidad cultural: facilitando la apropiación del espacio por los residentes y usuarios, como lugar de uso y como proyecto colectivo, respetando la convivencia de distintas tradiciones culturales, que es la mejor forma de potenciar la calidad de vida local y de integrar las vivencias propias con la transformación necesaria de los barrios y ciudades.
Gobernabilidad política: garantizando el ejercicio de los derechos (humanos, civiles y sociales) de los ciudadanos y, en particular, los derechos colectivos a la calidad de vida de la ciudad / barrio y el desarrollo sostenible, utilizando medios que faciliten la democracia participativa, la transparencia de la gestión publica y la cooperación de todos los agentes sociales en la administración con criterios de proximidad y subsidiariedad.
Las interrelaciones entre los distintos componentes de la sostenibilidad están determinadas predominantemente por las relaciones de poder en la toma de decisiones, por el paradigma tecnológico y por la estructura de distribución de la riqueza y el ingreso.
La relación e integración entre la cultura y la política, y los ámbitos económico, social y ambiental, propios de la sostenibilidad, conforman una totalidad compleja, un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados. Esta relación está mediada por la forma en que se configuran el qué, el cómo y el para quién, de los procesos de producción de la ciudad.
El QUÉ, corresponde a la riqueza material que se expresa y produce en un permanente juego e intercambio de las fuerzas de oferta y demanda. Los principios de sostenibilidad indican que la producción urbana debe identificar y valorar los recursos disponibles, -humanos, físico-ambientales, técnicos, institucionales y financieros- tanto del nivel intraurbano como periférico y regional, a fin de posibilitar la satisfacción de las necesidades esenciales y la democratización en el uso y consumo de los bienes públicos.
El CÓMO, define el paradigma tecnológico, esto es, las formas de transformación, movilización y potenciamiento de los recursos, y la mediación entre la población y los espacios de construcción de la ciudad. Este paradigma genera un determinado nivel de vida y produce la cantidad y variedad de valores de uso disponibles para el consumo. el paradigma tecnológico deberá obedecer a criterios de productividad, eficiencia, producción limpia, ahorro y optimización de recursos, generación de empleo y mínimo impacto ambiental.
El PARA QUIÉN, responde a los sujetos fin de la actividad económica, a los consumidores con capacidad de demanda efectiva, producto a su vez, de las relaciones sociales de propiedad y de la manera como se distribuye y redistribuye el ingreso. La distribución social deberá garantizar el acceso de todos los ciudadanos a los bienes y servicios que ofrece la ciudad. El debate político, la cultura y la educación, deben promover una sociedad más equitativa, solidaria, participativa y plural.
La integración entre lo social y los ámbitos económico y ambiental, implica una prioridad en la solución a los problemas de pobreza extrema que, sobretodo en Latinoamérica, padece un alto porcentaje de la población urbana. La exclusión y la dificultad de algunos sectores poblacionales para participar de la calidad de vida que supuestamente les ofrecen las ciudades, amenaza la gobernabilidad política, el consenso social, y la estabilidad económica y ambiental.