LA ÉTICA EN LOS NEGOCIOS INTERNACIONALES
En el mundo contemporáneo los negocios o acciones que tienen como objetivo la generación de una rentabilidad o ganancia, se encuentran en el centro mismo, no solamente de la vida social, sino de la propia condición humana, que persigue este objetivo permanentemente.
Es necesario que las reflexiones éticas conduzcan y determinen esta actividad, la de generación de beneficios económicos, para lograr que no se den niveles de acumulación de riqueza que conduzcan a la opresión y el minimización de la condición humana, que exige teóricamente el reconocimiento de la igualdad de los hombres.
Existe una comprensión negativa del negocio como actividad que genera rentabilidad y beneficios. Podría parecer una contradicción el que se teorice sobre los negocios y la Etica. Una explicación histórica de esta concepción se remonta al pensamiento de Aristóteles para quien el lucro personal era Contrario a una buena moral. El Cristianismo de igual forma estigmatiza de alguna manera esta actividad. San Pablo habla en igual sentido y también lo hace Lutero.
Sin embargo existe un cambio en la conceptualización del negocio y de la actividad comercial y de intercambio a partir de Calvino. Adam Smith habla de la generación de la riqueza con un estricto respeto a valores y principios éticos. Max Weber escribe sobre la ética protestante y el capitalismo, validando comportamientos como el de la diligencia, la honradez y el trabajo esforzado.
Hoy en día la sociedad acepta de manera positiva la actividad de los negocios, persistiendo sin embargo una sensación de que en este ámbito el aprovechamiento a ultranza es el único objetivo. Al ser la actividad de la producción de bienes y servicios y su intercambio consustancial a la cultura contemporánea, debemos reflexionar éticamente sobre ella y profundizando la comprensión de las instancias valorativas en juego, impulsar el desarrollo simultáneo de la búsqueda del bien común y de la justa rentabilidad o beneficio.
Existen tres niveles de análisis de la Etica en los Negocios y en las Empresas.
El primer nivel se refiere a la construcción filosófica, política, económica y jurídica del sistema imperante. El libre mercado tiene su teorización en los campos del conocimiento que mencionamos. Encontramos referentes en los conceptos del liberalismo, de la protección de la individualidad, de la necesaria libertad que debe darse para que las personas emprendan y generen riqueza. El sistema jurídico toma estas consideraciones y lleva a la condición de norma de derecho a todas estas ideas, y, al crearse un marco normativo con esas características, el sistema como tal tiene la posibilidad legal de funcionar.
El segundo nivel de análisis tiene que ver con la ética de las empresas y corporaciones, consideradas como personas jurídicas que persiguen objetivos específicos. Los grupos de producción o de comercialización tienen responsabilidades al interior de sus organizaciones y también tienen obligaciones fuera de ellas, con el entorno en el que interactuan. Hacia el interior de las corporaciones encontramos situaciones relacionadas con los accionistas o inversionistas, con sus expectativas y objetivos que deben ser cumplidos y la Empresa debe responder ante ellos.
La comunidad en la que se desarrolla debe recibir un aporte positivo de la Empresa, que se traduce en el respeto de su cultura o idiosincracia y el fortalecimiento de sus valores cívicos positivos. Por fin, el medio ambiente debe ser respetado y protegido. Todos estos aspectos se relacionan con el concepto fundamental de la ética Empresarial que se resume en una frase… responsabilidad social.
El tercer nivel se refiere a la ética de los individuos. Los miembros de la organización tienen una serie de responsabilidades frente a la misma: lealtad, honradez, motivación, respeto a todas las instancias, trabajo en equipo, generación de valor agregado, cooperación, esfuerzo y sacrificio por el cumplimiento de los objetivos planteados.