INFLUENCIA DE LOS FILÓSOFOS
ARISTOTELES
Filosofo que clasificó a la administración pública en:
a) MONARQUIA= Gobierno de uno sólo.
b) ARISTOCRACIA= Gobierno de la clase alta.
c) DEMOCRACIA= Gobierno del pueblo.
Su obra : «La política» , en la que hace referencia a los tres poderes :
Otros filósofos que tuvieron gran importancia en el pensamiento administrativo fueron:
DESCARTES :
Que dio los primeros principios sobre la división del trabajo y tramos de control.
Con la aparición de la agricultura y la ganadería, se dio la primer división del trabajo en agricultores y ganaderos, que intercambiaban los productos que unos y otros producían y necesitaban para sobrevivir, al surgir los oficios especializados, como los de tejedor, herrero, alfarero, etc., se dio la segunda división del trabajo y con ello a través de las guerras entre las tribus, se dio paso al régimen de la esclavitud.
Confucio (h. 552-h. 479 a. de C.),
Dejó establecido: que aquellos que ocuparan posiciones públicas, deberían conocer las condiciones del país, con el propósito de que que cuenten con la capacidad de resolver adecuadamente los problemas públicos, para lo cual deberían de tomar en cuenta diferentes opiniones, hacer estudios imparciales y carentes de egoísmo, resolviendo los asuntos de manera moderada, práctica y lógica, de acuerdo a las normas de la ética. Tener un gran espíritu público, excluir el favoritismo y el partidarismo, para promover el bienestar económico del pueblo.
Consideraba que en el arte de gobernar había de tener presentes los asuntos públicos sobre todas las cosas y en practicarlos infatigable, consistente y continuamente, para lo cual se hacía necesario estudiar los pequeños fenómenos estatales, observando las políticas fundamentales del gobierno.
Sócrates (470 na.C.-399 a.C.)
Quien, en su discusión con Nicómaco, expone su punto de vista acerca de la administración como una habilidad personal separada del conocimiento técnico y de la experiencia:
Con respecto a cualquier cosa que él pueda presidir, un hombre será, si sabe lo que necesita y si es capaz, de proveerlo, un buen dirigente, ya sea que tenga la dirección de un coro, de una familia, de una ciudad o de un ejército. ¿No es también un trabajo castigar a los malos y honrar a los buenos? Por tanto, Nicómaco, no despreciéis a los hombres hábiles en administrar sus propios haberes, pues los quehaceres privados difieren de los públicos sólo en magnitud, en otros aspectos son similares; pero lo que más se debe observar es que ninguno de ellos puede ser dirigido sin hombres. Los quehaceres privados no son dirigidos por una especie de hombre y los públicos por otra: pues aquellos que conducen a los negocios públicos no utilizan hombres de naturaleza diferente de aquellos empleados por quienes dirigen los negocios privados; y quienes saben emplearlos, conducen tanto los negocios públicos como los privados juiciosamente, mientras que aquellos que no saben se equivocan en la administración de ambos.
Platón (429 a. C.- 347 a. C.)
Platón derivó el origen del Estado de la necesidad humana de asociarse y de la división del trabajo, estableciendo:
“La ciudad nace, en mi opinión, por darse la circunstancia de que ninguno de nosotros se basta a sí mismo, sino que necesita de muchas cosas… Así pues cada uno va tomando consigo a tal hombre para satisfacer esta necesidad y a tal otro para aquella; de este modo, al necesitar todos de muchas cosas vamos reduciendo en una sola vivienda a multitud de personas en calidad de asociados y auxiliares, y a esta cohabitación le damos nombre de ciudad”. “Cuando más, mejor y más fácil se produce, es cuando cada persona realiza un solo trabajo de acuerdo con sus aptitudes, (…) y sin ocuparse de nada más que de él”.
Platón concibe a la sociedad organizada en torno a dos regímenes económicos sociales: el comunista para los gobernantes y guerreros, y el de la propiedad privada para todos aquellos que no deben intervenir en el gobierno.
Sostiene que los hombres son de tres clases, según predomine en ellos lo racional, lo irascible y lo concupiscible, lo cual da lugar a tres razas diferentes:
1. La de oro, de los gobernantes;
2. La de plata, de los guerreros; y,
3. La de hierro y bronce, de los labradores, comerciantes, artesanos, etc.