ÉTICA EN LOS NEGOCIOS NACIONALES
La ética y las organizaciones
Hoy en día han cambiado radicalmente las condiciones de mercado que prevalecían relativamente estables en el siglo pasado, tiempo en que surgieron la mayoría de las organizaciones que actualmente operan en nuestro país.
Los países entrarón en la era de la globalización y, con ello, se abrieron las puertas a grandes competidores que se han posicionado de manera significativa en los diversos sectores productivos. Este nuevo entorno encierra grandes retos y valiosas oportunidades de negocio que podemos capitalizar a nuestro favor, en las que podamos invertir nuestra experiencia, capacidad tecnológica y disposición para realizar mejor nuestro trabajo. Si entendemos esta nueva dinámica o nos adaptamos a ella, nos será más fácil aprovechar las condiciones de mercado y obtener beneficios.
No obstante, para que todo esto suceda, es necesario que indicadores como productividad, eficiencia y competitividad, se apoyen en una serie de principios y valores éticos, de tal manera que la empresa y sus integrantes puedan alcanzar un desarrollo integral basado en una conducta ética sustentada en una responsabilidad individual.
Por tal razón, resulta imprescindible que nuestras organizaciones desarrollen programas encaminados a vivir valores éticos y extenderlos a sus hogares, con el fin de que los beneficios no sólo alcancen a la organización y colaborador, sino también a la familia, que es donde se gesta y desarrolla la práctica de buenas costumbres y moral personal.
Para alcanzar el logro de los objetivos de la empresa que se plantea como necesario y deseable que adquieran valores humanos con nivel de virtudes, es decir, valores éticos o morales, que perfeccionen los criterios personales y de grupo y rectifican y fortalecen la voluntad para mantener una conducta honesta y un comportamiento íntegro que se conviertan en un valor agregado a los servicios y productos que ofrecen las empresas.
Las organizaciones deben proponer a todos y cada uno de sus colaboradores que trabajen bajo la convicción en el perfeccionamiento personal, familiar y de equipo, a través de la autoformación de la conciencia ética, lográndolo a través de actos justos, fuertes, moderados y prudentes. La práctica de estas cuatro virtudes finalmente llegarán a integrarse en el servicio, productividad, organización y calidad, respectivamente.
1. La ética en las organizaciones públicas
Se refiere a una serie de posturas y normas que adopta una institución pública. La importancia de dichas posturas éticas adoptadas por las instituciones públicas radica en el hecho de que afectan e influyen de una u otra manera en las personas que entran en contacto con estas instituciones día a día. Esto quiere decir que algunas de las posturas éticas adoptadas por las instituciones públicas se verán reflejadas en nuestra sociedad y en la vida cotidiana.
Es por esto que las instituciones públicas a la hora de determinar que posturas adoptaran deben de ser sumamente cuidadosas y responsabilizarse puesto que afectaran a un gran número de personas.
Un claro ejemplo de este tema sería en una institución pública educativa. En este caso una escuela primaria, puesto que se sabe de antemano que los niños tienden a imitar el comportamiento de los adultos.
En este caso la postura ética que debe de adoptar el personal docente de dicha institución debe ser aquella que fomente el desarrollo integral, académico y social de los estudiantes. Dicho personal deberá comportarse de manera acorde a la ética adoptada y de esta manera estará erradicando con el ejemplo. Por consiguiente los alumnos que serán influenciados por dicha postura ética se desarrollaran con una ética similar a aquella adoptada por la institución pública afectado de una manera directa a la sociedad en común.
Hay algunas posturas éticas que todas las instituciones públicas deben de tener como son:
Equidad: Esta se refiere a que las instituciones públicas le deben dar el mismo trato a todas las personas sin importar su genero, color de piel, religión, etc.
Respeto: Se refiere a que las instituciones públicas deben tomar en cuenta, apreciar y valor los derechos y cualidades de las personas.
Honestidad: Se refiere a que las instituciones públicas le deben de dar un trato justo a las personas que entren en contacto con la institución pública sin abusar de estas.
Responsabilidad: Se refiere a que las instituciones públicas deben de comprometerse a que sus servicios sean los adecuados.
La ética en las organizaciones privadas
Los actos de las empresas y de los individuos que hacen parte de ellas, repercuten de manera positiva o negativa en otras empresas, otros individuos u otros procesos
La cuestión ética es de gran relevancia para todo individuo y se extiende al ámbito empresarial. En cada decisión que se tome, estará inmiscuido algo de ética. Trátese de negociaciones con proveedores o con el sindicato, de contrataciones o despidos de empleados, de asignación de responsabilidades o de lanzar una promoción, la ética siempre está presente.
Actualmente, cuando existen más organizaciones que pugnan por la transparencia y con la internet como herramienta de democratización y movilización social, las empresas tienen como uno de sus cimientos la ética corporativa. Bien cita Quirilio Matos a Rinnov Kan, director de uno de los grupos financiero más importantes de Holanda, «Sin valores sólidos estamos coqueteando con el desastre. Con valores sólidos, podemos enfrentar a los mercados internacionales.» Pero, sin duda, hay quienes ponen por encima de la ética y los valores los resultados financieros, pero no se dan cuenta que la ética corporativa puede ser una fuente de ventajas competitivas, ya que por medio de ella se pueden atraer clientes y personal de primer nivel.
A través de la ética se puede acabar con prácticas corruptas que destruyen valor y dañan la economía y la sociedad, si ponderamos más la cultura organizacional, con valores comunes (más que códigos o reglas) que sirvan como sendero de los individuos que conforman las organizaciones podríamos dar mayores componentes éticos a una empresa. Si nos basamos en que el capital humano es uno de los mayores activos empresariales, si no el mayor, y tomamos conciencia que estas personas valen por sí mismas, que se les debe respetar y que no se les puede tratar como un medio sino como un fin, habremos dado el primer paso para fundamentar éticamente las instituciones. Una organización que viva según los cinco valores básicos: igualdad, libertad, dialogo, respeto y solidaridad estará mejor preparada para el futuro.