Capac Yupanqui.
El sucesor de Maita Capac necesitó de repetidos combates para asegurar la obediencia de las tribus recién sometidas.
Habiendo querido destronarle uno de sus hermanos, descubrió el Inca la conspiración haciendo beber abundante chicha a los sospechosos, hizo enterrar vivo al jefe, y arrojó a los cómplices a unos en el foso de las fieras y a otros entre reptiles venenosos.
Sin embargo de estos cuidados se dice que sometió a los Yanahuaras, Aymaraes, Umasuyus, Quechuas, habitantes de Camaná y parte de Chayanta.
Este Inca adoptó medidas severas contra vicios abominables. Se cree que murió envenenado.